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          Marcos 16:15
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Marcos 16:15
MAYORDOMOS DE LA TIERRA

Según el registro bíblico, el Jardín del Edén y el mundo recién creado eran lugares de abundancia, hechos para que la vida prosperara y, especialmente, para que los seres humanos disfrutasen.
Pero Dios también les dio al primer hombre y a la primera mujer, y al resto de nosotros que vendríamos después de ellos, un papel que asumir en su creación. Rápidamente resulta obvio, y no solo por el método de Dios al crearlos, que Adán y Eva tendrían un estatus especial en este nuevo mundo.
A Adán primero se le dio el trabajo de ponerles nombre a los animales y a las aves (ver Gén. 2:19). Luego, a ambos se les dio otro papel, que Dios mismo presentó como una bendición: “Sean fructíferos y multiplíquense; llenen la tierra y sométanla; dominen a los peces del mar y a las aves del cielo, y a todos los reptiles que se arrastran por el suelo” (Gén. 1:28, NVI).

Lee y compara Génesis 1:28 ( Vertexto ) (CB ) y 2:15 ( CB ) . ¿De qué modo calificarías la descripción del trabajo del ser humano en una o dos oraciones?

Con demasiada frecuencia en la historia cristiana, Génesis 1:28 ha sido utilizado por algunos como una licencia para explotar el mundo natural, incluso hasta el punto de destruirlo. Sí, el mundo obviamente fue creado para la vida, el beneficio y el disfrute del ser humano; pero cultivarlo y cuidarlo es responsabilidad humana, en palabras de Génesis 2:15 (NVI).
Cuando hablamos de mayordomía, lo que primero que pensamos es en el dinero; sin embargo, en la Biblia, el primer precepto para la mayordomía es cuidar la Tierra que Dios creó y nos confió. El mandato para Adán y para Eva también preveía que la Tierra sería compartida con sus hijos y con las generaciones futuras. En el plan original para la Tierra, el mundo creado continuaría siendo una fuente de vida, bondad y belleza para todos los seres humanos, y Adán y Eva tendrían un gran papel en su cuidado.
La Tierra sigue siendo del Señor (ver Sal. 24:1), y todavía somos llamados a ser mayordomos de todo lo que Dios nos ha dado. Quizá también podríamos concluir que, en un mundo caído, nuestra responsabilidad como mayordomos es aún mayor.

¿Qué significa para ti ser mayordomo de la Tierra hoy, en un mundo caído? Entender esta responsabilidad ¿de qué modo debería afectar tu forma de vivir diariamente?
Martes
Lección de Escuela Sabática